Reseña: La bibliotecaria, Salley Vickers

FICHA TÉCNICA

• Título: La bibliotecaria
• Autora: Salley Vickers
• Género: Romance / Ficción histórica
• Editorial: Destino
• Año de publicación: 2019
• Número de páginas: 448
• Autoconclusivo

SINOPSIS: En 1958, la joven Sylvia Blackwell se muda a un pequeño pueblo del centro de Inglaterra para empezar su nuevo trabajo como bibliotecaria. Pero en este pueblo aparentemente acogedor, las apariencias engañan. Sylvia se enamora del médico del lugar, pero es su conexión con su precoz hija y con el hijo de sus vecinos lo que cambiará su vida y pondrá en peligro a la biblioteca y a su trabajo.

¿Cómo altera la biblioteca la vida de los niños y qué consecuencias tendrán en sus vidas los libros que Sylvia escoge para ellos?

Todo comienza a finales de los años 50, cuando Sylvia deja la casa de sus padres y se muda a un pequeño pueblo de Inglaterra para convertirse en bibliotecaria del lugar. Para ella es muy importante fomentar la lectura a temprana edad y es por eso que la sección infantil es su favorita, pero conocer a los niños, y en específico a sus padres, le trae algunas situaciones no tan favorables.

"—Solo los necios desprecian la literatura infantil. La claridad de juicio se pierde con la infancia, pero en ocasiones se puede recuperar un destello en los mejores libros para niños".

Fue como leer una telenovela, en un buen sentido. Avanzaba un montón de páginas sin darme cuenta y me entretuvo ver los dramas de cada personaje. Su escritura se parecía un poco a la de Jane Austen, solo que sin tantas descripciones y por eso es más ágil. A pesar de que tarda bastante en presentar los conflictos de la novela, aprovecha esas páginas para moldear la personalidad de sus personajes y dejarnos algunas pistas de qué papel van a tomar más adelante.

El trabajo que hace con la ambientación también me gustó, East mole es la representación de "pueblo chico, infierno grande" en donde abundan los cotilleos y las apariencias engañosas. Traza adecuadamente los códigos morales de la época y sus comportamientos, el papel que le daban a la mujer en varias ocasiones me hacía rabiar y tuve que repetirme internamente que me encontraba en 1958.

Es indiscutible que es una novela de personajes, son lo mejor construido y la verdadera trama está en cómo se van entrelazando sus vidas y los problemas que surgen por esos nuevos vínculos. 

Comenzando por Sylvia Blackwell, una joven de veinticinco años que me encantó, a pesar de algunas decisiones que toma. Me parece humilde y bondadosa, pero ese toque inocente de su personalidad fue lo que la llevó a sufrir, siendo cegada por amor. Una de las partes que más disfruté de su personaje fue el tema literario, el primer descubrimiento que tuvo con las bibliotecas, el apego que tiene desde pequeña con los libros y lo acompañada que siempre se ha sentido por estos. Cuando hablaba de los libros brillaba y la rodeaba un aura de sabiduría, en esos momentos era cuando más conectaba con ella.

Una de las relaciones principales de este personaje es su vecino Sam, un niño de once años muy inteligente que se la pasa leyendo La isla del tesoro hasta que la bibliotecaria lo incursiona en otros libros. También nos encontramos con Lizzie, una niña que va seguido a la librería porque en la tarde no hay nadie que la pueda cuidar en casa. Ella tiene el sueño de entrar por primera vez al colegio y cuando se le presentan unos exámenes de admisión, Sylvia y Sam la ayudarán a estudiar. Así es como la amistad entre estos tres comienza.

Aparte de Sylvia, llegan más personas a este pueblo inglés. El nuevo doctor local, Hugh Bell, pronto estará en boca de todas las señoras del lugar por su buena apariencia y su amabilidad al atender. Empezará a visitar la biblioteca en compañía de su hija, Marigold, pero esas visitas se volverán más frecuentes una vez que conozca a Sylvia.

Otros personajes secundarios son la señora Harris, compañera de trabajo de Sylvia, una mujer considerada atrevida para el año en que están y bastante cómica. También el señor Booth, el dueño de la librería que creará algunos problemas.

Entre toda esta gente habrán algunos que apoyarán a la protagonista, al igual que otros vecinos que no serán los más amables. Su mente abierta y la jovialidad que tiene supone una amenaza en su conservadurismo, al igual que su cotidianidad. En algunas reuniones sociales intentarán aislarla de los grupos adultos y tratarán de utilizar cualquier situación para sacarla de su puesto como bibliotecaria, ya que los niños se están comportando de otra manera desde su llegada.

Tenemos dos tipos de romance en este libro. Por un lado, está presente el primer amor, los niños que protagonizan la novela se verán inmersos en unos sentimientos que no conocen. Pero también habrá algo por el lado de Sylvia, aunque en este caso será agridulce y problemático. La relación que se forma, la historia que tiene Hugh detrás y las razones para estar con la bibliotecaria, son un gran ejemplo del tipo de relación que tenían algunas personas en esos años.

"En cierto modo la historia resultaba mucho más convincente si había amor de por medio".

Además de todos estos dramas, también nos encontramos con lo que promete el libro y es la importancia de los libros. Antes de que ella llegara muy pocos o casi ninguno de los niños pedían libros y esto era debido a la selección de títulos que había. Así que lo primero que hace es aplicar sus conocimientos de la literatura infantil y los ordena como corresponde. Con ese ajuste y las constantes recomendaciones que les hace, los niños empiezan a leer.

Toda esta parte fue una de mis favoritas y vi mi pensamiento reflejado cuando decía que no había que introducir a los niños al mundo de la lectura con libros tan densos. Esa situación me recordó mucho a las lecturas obligatorias, en donde quieren que analicemos un libro que no nos provoca ningún tipo de interés. Y aquí se nota, porque después de las sugerencias de Sylvia les va cambiando la perspectiva y ven a los libros como más que objetos; se convierten en un refugio, una manera de aprendizaje y un empujón para salir adelante.

"—¿Esto es un palacio?  

—En cierto modo—contestó Sylvia—. Es un palacio lleno de historias".

Con el final tengo ideas contradictorias. Termina con un epílogo y mi inconveniente fue lo desconcertada que me dejó el corte entre la última página antes de esa parte. Pero dejando eso de lado, el final es muy bonito y, aun con lo que digo, creo que no pudo ser un cierre más perfecto; la manera en que muestra una última vez a estos personajes y como deja en claro que el mensaje de la novela es la influencia que pueden traer a nuestra vida los libros.

"Nuestros bibliotecarios son los héroes olvidados que han servido y protegido lo mejor de nuestra civilización, una civilización sobre la que ahora pesa una amenaza".

"La bibliotecaria" no tiene una trama impresionante, pero yo lo disfruté. Entre sus páginas encontrarás momentos injustos, cotidianos y románticos. Además del componente más interesante para lxs amantes de la lectura: la pasión por los libros.

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➨¿Te gustan los libros que hablan de libros?

Espero que tengan un bonito día.